viernes, julio 07, 2006


Putas asesinas

Reconocido escritor fallecido en pleno auge literario. Se pueden decir muchas cosas de Roberto Bolaño, para muchos, el representante más influyente de la nueva generación de narradores latinoamericanos, y para muchos también, un narrador sobrevalorado cuya muerte contribuye en aumentar el aura de leyenda que se ciñe sobre él. Es sabido por todos que la producción literaria de este narrador chileno llegó a alcanzar un gran voltaje narrativo con sus últimas entregas. Y de esta premisa enunciada no podemos dejar de citar a Los detectives salvajes, mastodóntica por cierto, y que en lo personal, me lanzo a decir que se trataría de una de las novelas insuperables en los últimos 50 años si ésta hubiera muerto en las 300 páginas puesto que esta novela-río demanda del lector un previo conocimiento de lo que ha significado el devenir literario en Latinoamérica en el siglo XX. Y ni hablar de 2666, cuyas más de mil páginas se alimentan del mismo crisol literario con el que Roberto pergeñó su novela ganadora del Rómulo Gallegos y el Herralde, motivo más que suficiente para seguir hablando, escribiendo y estudiando su obra por varios lustros más.

Bolaño, antes de ser narrador, era poeta, prueba de ello se deja sentir en su poemario, Tres, libro al que no se le da mucha bola pero que es necesario leerlo a conciencia para no dejar de colegir el punto de partida por el que este autor anduvo antes de dar el salto a la narrativa. La musicalidad de su prosa y los contenidos temáticos se recogen subrepticiamente del libro acabado de citar. Bolaño tiene dos crisoles de los que siempre alimentó su narrativa: la literatura misma y la vida, o el desarraigo.

Desde la aparición de su libro de relatos, Llamadas Telefónicas, se empezó a rumorear pero no a declarar abiertamente que el Bolaño en estado puro se hallaba en este género tan difícil de lograr, ergo, el cuento. Sus influencias chejovianas y carverianas se dejaron ver en cuanto a estructura se refiere, pero los contenidos temáticos seguían la misma veta por la que recorrió toda su literatura teniendo al legado de Jorge Luis Borges por encima de todo. Y este legado se hace sentir con fuerza en su extraordinario libro de relatos, Putas Asesinas.

Cuentos como Últimos atardeceres en la tierra, que no es sino un verdadero descenso a la desazón en un viaje que hacen a Acapulco un padre y su hijo que no para de leer una antología de surrealistas franceses traducida por el argentino Aldo Pellegrini. Se ha dicho mucho de la influencia de los posmodernistas norteamericanos en su relato Carnet de baile, y en lo personal, creo que se trata de un error puesto que como todos sabemos, Roberto era un fervoroso admirador de la literatura argentina, y bien se sabe que desde Los detectives... se puede rastrear la influencia de un narrador gaucho al que se tiene que rescatar y de quien este desarraigado supo recoger variantes estilísticas con acuciosidad: Leopoldo Marechal. El mejor cuento de este maravilloso libro es Prefiguración de Lalo Cura, aquí nos sumergimos en los recovecos de los narcotraficantes y el mundo del cine porno desde un punto de vista muy subjetivo teniendo así una peculiar visión de los personajes que desfilan por este relato.

Se ha dicho que hay pasajes que pueden estar en antología alguna de lo que mejor que se ha escrito en lengua castellana, lo cual puede ser cierto. Ninguno de los relatos de Putas... tiene pierde, en todos nos encontraremos con protagonistas que son omnívoros lectores que ven a la literatura como el fin máximo en la vida, por ejemplo, en Encuentro con Enrique Lihn es una afirmación frontal de los principios estilísticos afianzados en la falta de temor con la que Bolaño no deja de expresar lo que piensa.

Los gustos nunca son totalitarios, pero es indudable que los amigos de Anagrama se valieron del título de un buen relato para lanzarlo al mercado valiéndose más de un principio comercial que de un principio literario, lo cual vale, siempre y cuando, no se publique basura.

(Nota: He tenido que recurrir a una foto en la que Roberto aparece junto al buen pero escandaloso escritor Pedro Lemebel. Lo ideal sería colocar la portada del libro reseñado pero en estos momentos el ejemplar que tenía está en muy buenas manos)

3 Comentarios:

Blogger Gabriel Ruiz-Ortega dijo...

Tienes toda la razón al decir que el catálogo de Anagrama es de lo mejor de la literatura actual en castellano. Sin embargo, hablando de este libro de Bolaño en particular, y si lo has leído, te darás cuenta que el título con el que salió pertenece al cuento más flojo de todo este conjunto. Es indudable que por el impacto que genera Putas asesinas se tomó esta decisión anclada más en lo comercial que en lo literario. Aún así, esto no va en desmedro de dicho libro, y es, a mi parecer, el mejor Bolaño.
G.

5:58 p.m.  
Blogger Diego Zúñiga dijo...

Gabriel:dos cosas.
1)No me parece que Bolaño esté sobre valorado. Es más que sabido que es el mejor de su generación. E incluso, me parece que el está a años luz de sus compañeros de ruta. Para mí, es comparable con lo mejor del boom latinoamericano, y mejor dicho, es más cercano a todos escritores que escribieron bajo la sombra de los garcía márquez y vargas llosa. Alguien de su generación ha escrito una mejor novela que "Los detectives salvajes" o "2666"??? 2)Con respecto a cuando hablas de "Los detectives salvajes", y dices que "demanda del lector un previo conocimiento de lo que ha significado el devenir literario en Latinoamérica en el siglo XX", me parece algo errado, pues yo tenía 16 años cuando leía la novela (ahora tengo 18) y mis conocimientosd literarioseran básicos, por no decir casi inexistentes y la novela me maravilló. Lo mismo con 2666 que la leí a comienzo de este año...
En fin. saludos. Buen blog. Te seguiré leyendo.

7:19 p.m.  
Blogger Gabriel Ruiz-Ortega dijo...

Hola Diego. Gracias por escribir. Como sabes, un gran escritor genera admiración y sentimientos opuestos. Yo admiro a Bolaño. Putas asesinas es para mí un gran libro. La grandeza de Los detectives salvajes radica en que pese a encerrar ciertos códigos se deja leer y disfrutar. Conozco a varios que han sufrido con Los detectives debido a esa falta de conocimiento de los códigos, por ello, mis felicitaciones por tu apuesta por el que quizá sea el mayor de los placeres: la lectura.
Un saludo.
Gabriel.

7:49 p.m.  

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