miércoles, junio 20, 2007

El día en que murió Lady - Frank O´Hara

Son las doce y veinte un viernes en Nueva York
tres días después del día de la Bastilla, sí
es el año 1959 y voy a que me limpien los zapatos
porque a las 7:15 me bajaré del de las 4:19 en Easthampton
y me iré directamente a cenar
y no conozco a la gente que me dará de comer.

Paso la calle bochornosa comenzando a salir el sol
y me tomo una hamburguesa con un batido de malta y compro
un NEW WORLD WRITING muy feo para ver lo que escriben
hoy en día los poetas en Ghana
continúo hacia el banco
y la señorita Strillwagon (de primer nombre Linda según me han dicho)
ni siquiera se fija en mi saldo por primera vez en su vida
y en el GOLDEN GRIFFIN compro un pequeño Verlaine
para Patsy con dibujos de Bonnard aunque
también pienso en Hesíodo, trad. Richsmond Lattimore o
la nueva obra de Brendan Behan o Le Balcon o Les Negres
de Genet, pero no, insisto en Verlaine
tras quedarme prácticamente dormido en mi dilema

Y para Mike entro simplemente en la Tienda de Bebidas
de PARK LANE y pido una botella de Strega y
luego vuelvo por donde vine hasta la Sexta Avenida
y la tabacalera en el Teatro Siegfield y
casualmente pido un cartón de Gauloises y un cartón
de Picayunes, y un New York Post con su cara por encima

Y ahora ya estoy sudando y pienso en
apoyarme contra la puerta del baño del 5 SPOT
mientras ella susurra una canción de Mal Waldron
sobre el teclado y todos incluso yo mismo dejamos de respirar.


Traducción: Charles Matz y Ana Jordá.

(De: La poesía del Jazz, Litoral, 2000)

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