viernes, agosto 22, 2008

Reencuentro con el gato Fritz

Ayer caí un toque donde César, mi proveedor de pelas en DVD (Polvos Azules, Pasaje 18). Al llegar a casa me puse a ver, por segunda vez, FRITZ THE CAT (1972).

La primera vez que vi esta película de Ralph Bakshi fue a los catorce años, en un perdido y recordado día de mayo de 1993. Los años no pasan en vano, ya no soy el adolescente que quería emular al personaje de historieta creado por el siempre corrosivo Robert Crumb.

Como dije, tenía catorce, ergo: me sentía el adolescente más hormonal del mundo. Fumaba poco y practicaba varios deportes: ciclismo, fútbol y basketball.

No era muy bueno en fútbol, pero no me quejo para nada, entre otras satisfacciones, pues llegué a fui elegido tres años consecutivos el mejor arquero de los campeonatos de la categoría 77. Pero un día me dijeron que de mi metro 84 ya no iba a crecer más. Entonces, “traumado” por la noticia le puse más ahínco que nunca al basketball, el cual pasó a ser mi primer deporte por cinco años.

Todos los sábados iba con mi mejor amigo del colegio a jugar basketball al colegio La Salle. Empero, un sábado en la mañana lo encuentro tirado en el jardín interior de su casa vomitando todo lo bebido y vivido en la madrugada. En esas condiciones waldirianas no podía acompañarme a jugar. Entonces aparece su papá, un señor con la pinta de haberse fumado toda la hierba en los sesenta, quien al ver mi desazón, no duda en hablarme, como para que pasen las horas y me olvide del desplante. Cuando la conversa amenazaba con marcarse por prolongados silencios, el ex marihuanero sacó un video, prendió el aparato prehistórico llamado VHS y nos pusimos a ver FRITZ THE CAT.

Para ser mi primer acercamiento a la cultura underground, lo hice bien. El gato Fritz destronó esa mañana a mis recordados ídolos de infancia.

¿Cómo calificar a Fritz sin resultar chocante? Así de simple: era un reconch… Este gato era anárquico, cínico, “pansexual”, crítico de todo, gilerazo, tierno …

Mi segundo encuentro con Fritz fue a los diecinueve. Y fue a través de un tipo que quería ser historietista. Tenía talento para dibujar pero lastimosamente no tenía nada en el cerebro. Sin embargo, si no lo hubiera conocido jamás hubiera leído las historietas de Robert Crumb, cuyo personaje fetiche era el gato protagonista de la pela animada de Bakshi.

Sobre FRITZ THE CAT a lo mejor hago un post los próximos días. Por ahora, solo me queda recomendarla efusivamente. Es extraordinaria.

Imagen, FRITZ THE CAT

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