lunes, febrero 28, 2011

Dashiell Hammett sigue publicando inéditos

Recomiendo la nota de Alejandra Hernández que leí hace un par de días en El Universal.
Los amantes de la novela negra tenemos en realidad mucho por celebrar.

...

Al padre de la novela negra le siguen apareciendo hijos. A 50 años de su muerte, Dashiell Hammett (1894-1961), el escritor estadounidense que revolucionó la forma de escribir y concebir la novela criminal, continúa dando sorpresas. Hace algunas semanas la prensa británica reportó que fueron encontrados 15 relatos inéditos de su autoría entre los archivos del Centro Harry Ransom de la Universidad de Texas.


Pese a que el hallazgo -que fue dado a conocer por el diario británico The Guardian a principios de febrero- causó revuelo y emoción entre los círculos académicos y literarios de Estados Unidos e Inglaterra, para la prensa iberoamericana pasó casi inadvertido.
El responsable de este importante descubrimiento fue Andrew Gulli, editor de la revista The Strand, en la cual se publicará “So I shot him”, una de las historias hasta ahora desconocidas del padre de la novela negra.
La publicación de este relato recuerda el inicio de la carrera literaria de Dashiell Hammet, que comenzó hace más de 80 años en otra revista estadounidense: Blak Mask.
En los relatos publicados por Blak Mask, editada por Joseph Shaw, Hammett dio vida a uno de sus más recordados personajes: el Agente de la Continental, ese detective sin nombre, incapaz de sucumbir a tentaciones emocionales o sexuales con tal de combatir a los seres que habitaban el mundo creado por Hammett -muy parecido en lo corrupto y siniestro al real.
Es precisamente de los bajos fondos de donde Hammet toma los elementos que, con una maestría inigualable -que ha servido de inspiración para muchos escritores- trasladó a sus novelas.
Y es que detrás de la creación de personajes en los que una expresión amable o una personalidad encantadora pueden esconder al ser más ruin y nocivo -a un corrupto o criminal, por ejemplo- se encuentra su propia experiencia detectivesca.
Detrás de las descripciones de espacios y ambientes -propios de la época de Gran Depresión derivada de la crisis económica del 29- o de la vitalidad de los diálogos que conforman las novelas de Hammett, está su labor como investigador de la Agencia de Detectives Pinkerton de Baltimore, que desempeñó antes de alistarse, durante la Primera Guerra Mundial, en el cuerpo de ambulancias y transportes del American Field Service con cuertel en Francia.
El incipiente pero potencial escritor regresaría enfermo de tuberculosis de la guerra, pero eso no le impediría regresar a la Pinkerton.
Pero su regreso al entorno que permitía conocer los bajos fondos de los Estados Unidos de entonces duraría sólo un año, pues comenzaría a escribir sus relatos para Black Mask.
A éstos le seguirían obras más extensas, como las novelas Cosecha Roja (1929) -incluida por Time en la lista de las 100 mejores novelas escritas en inglés-, La maldición de los Dain (1929), El halcón maltés (1930) -llevada al cine en 1941 por John Huston y protagonizada por Humphrey en el papel del detective privado Sam Spade-, La llave de cristal (1931), El hombre delgado (1934) y ahora estos relatos inéditos encontrados por el editor de The Strand, Andrew Gulli, quien desconoce la fecha en la que fueron escritos y la razón por la que se encontraban en el archivo de Texas.
“Hay algunas muy, muy buenas piezas de ficción. Algunas corresponden al estilo clásico de Hammett y otras son muy diferentes”, reveló Andrew Gulli al diario británico The Guardian.
La historia que presentará en unos días The Strand es un relato detectivesco del estilo Hammett. En “So I shot him” los personajes dialogan en una terrible tarde junto a un lago.

“Después de leerlo, el lector se preguntará lo que significa exactamente y querrá volver atrás y leerlo de nuevo”, asegura el editor, quien anuncia su intención de publicar la colección completa en un nuevo libro, con el cual el autor del celebre Halcón maltés regresaría con material inédito al panorama literario internacional.
Importancia del hallazgo
El hallazgo resulta de gran importancia tanto para la Universidad de Texas, para The Strand, para los círculos académicos y literarios del mundo e, indiscutiblemente, para los asiduos lectores de Dashiell Hammett.
El descubrimiento también es trascendente para el Centro Harry Ransom, que alberga importantes tesoros literarios, entre los que destaca el archivo personal de David Foster Wallace y, desde ahora, los relatos inéditos del escritor. Además, este descubrimiento se suma a otros importantes hallazgos realizados por The Strand, responsable de publicaciones inéditas de escritores como Graham Greene, Mark Twain y Agatha Christie.
La noticia sobre Hammett también ha despertado el interés de los expertos en novela negra y de los escritores que disfrutan de la lectura de este autor, pues tendrán la oportunidad de estudiar y conocer material nuevo del creador del famoso detective Sam Spade.
La opinión de los expertos
El especialista en letras inglesas y académico de la UNAM, Federico Patán, comenta en entrevista que la importancia de las historias creadas por DashiellHammett radica en el giro que le dio a la literatura policiaca.
“Antes de que él empezara a publicar, la novela policiaca se había ido por el lado de la novela de enigma, la de Agatha Christie, por ejemplo. En cambio, en sus relatos y novelas, él utilizaba el descubrimiento de un asesino para hacer un retrato crítico de la sociedad de su tiempo”, explica Patán.
Respecto al valor del hallazgo, el académico de la Universidad Nacional indica que éste tiene distintos tipos de importancia. La primera radica en “el simple hecho de que son textos de Dashiell Hammet. Aunque sean malos sirven para redondear su imagen, su figura de escritor. Si los relatos son entre medianos y buenos o muy buenos es excelente porque entonces se agrega una buena narrativa a la que ya tenemos en el campo de lo policiaco. De tal manera que sí es pertinente que se publiquen”, dice el maestro universitario
“En Estados Unidos se publicó un volumen de cuentos de Hammett y no todos eran buenos, pero los editores consideraron que era importante que se conocieran”, comenta Patán.
Los otros tipos de importancia de los que habla Federico Patán tienen que ver con el enriquecimiento histórico de la literatura policiaca que aportan estos relatos inéditos y con el placer estético de su lectura.
Por su parte, el narrador Élmer Mendoza también expresa su “felicidad” por el hallazgo de estos relatos de los que ya está a la espera. Mendoza no sólo es un entusiasta del género negro como lector sino también como escritor.
El autor de Un asesino solitario habla de la aportación del escritor estadounidense a la literatura, “sobre todo en el establecimiento de la forma de escribir novela negra y en la creación de emociones en las tramas”.
Aunque el escritor sinaloense revela que su novela favorita de Dashiell Hammett es El halcón maltés, debido “la belleza de sus protagonistas, el poder y armado de la trama, la creación de pistas falsas y la recreación de una época en la que se plantea el contrabando de alcohol cuando estaba prohibida su venta”, destaca que se deben leer todas las novelas de Hammett.
“Aún son vigentes a pesar deque tienen más de 80 años. Todavía hay sorpresas para los lectores que no se han acercado a su obra”, dice Mendoza y añade: “Hammett es un escritor que estableció un sistema de escritura”.
En Estados Unidos, Tom Nolan, crítico de The Wall Street Journal, comentó a The Guardian que “nunca tendremos suficiente de Hammett. Esta noticia es muy excitante. Tenemos la posibilidad de estudiar y comprender historias que nunca antes se habían publicado”.
“Hammett es tan relevante como otros escritores contemporáneos americanos como lo es Ernest Hemmingway o John O´Hara”, agregó Nolan.
Un trágico desenlace
La vida de Dashiell Hammett pudo ser tan intensa y desoladora como la de cualquiera de sus personajes.
Ese hombre nacido en Maryland (norte de Estados Unidos), que abandonó sus estudios en el Politécnico y que fue vendedor de periódicos, además de trabajador de ferrocarril y cargador, tuvo un desenlace muy triste o, por lo menos, no grato, como el de varias de sus novelas.
Activista político afín a causas de la izquierda en una época en la que el comunismo era visto como la más seria amenaza para la democracia estadounidense -sobre todo en la cacería de brujas encabezada por el senador Joseph McCarthy-, sus ideales lo llevaron a estar en la lista negra del Congreso.
Después de que en 1934 dejara de escribir novelas, Hammett dedicó la mayor parte de su tiempo a causas políticas. Fue miembro, incluso, del Partido Comunista Americano.
Posteriormente, una larga afición a la bebida y al tabaco, aunada a su tuberculosis, terminaron por causar estragos en su persona. El padre de la novela negra murió en un reclutamiento virtual en un hospital de Nueva York el 10 de enero de 1961.


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