miércoles, agosto 24, 2011

Missing... ¿missing?


En Apuntes autistas, blog del escritor y cineasta Alberto Fuguet, encuentro un artículo de Ignacio Echevarría, publicado en El Mercurio, sobre Missing, aunque también aborda otros aspectos. Definitivamente, estamos ante el Libro de Fuguet.

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Leí semanas atrás Missing , de Alberto Fuguet. Lo leí con placer y admiración, pues se trata de un libro excelente. Discurre muy originalmente sobre asuntos importantes y candentes -la familia, la emigración, la desaparición-, y lo hace con inapelable solvencia. No es frecuente que un autor acierte de modo tan rotundo a adaptar el proyecto que lo ocupa a la medida de su talento, de sus propios recursos. Buena parte del encanto del libro consiste en la manera en que su propia forma se abre camino, imponiéndose de modo muy natural, pese a su complejidad.
Había oído hablar muy bien de Missing . Lectores de confianza me lo habían recomendado, y aguardé a que se distribuyera en España para hacerme con un ejemplar. Pero pasó más de un año sin que eso llegara a ocurrir. Si no me equivoco, el libro se publicó en Chile en noviembre de 2009 y la edición española es de abril de 2011. Fuguet ha tenido tiempo, entretanto, de publicar un nuevo libro: Aeropuertos (2010). De modo que cuando leí por fin Missing , quedaba lejos de ser una novedad, al menos en Chile. Sí lo era en España, donde llegó antecedido por una muy elogiosa tribuna de Mario Vargas Llosa, y adonde acudió el mismo Fuguet a promocionarlo. Pese a lo cual, Missing no ha sido saludado exactamente como una novedad, o no al menos por los más conspicuos suplementos literarios, que me da la impresión de que no le han prestado la atención que uno hubiera esperado.
No es ocioso especular sobre las razones de este “desfase”. Al parecer, ciertos problemas de Fuguet con la agencia literaria de Guillermo Schavelzon pudieron tener alguna incidencia en los planes de edición. Pero es más probable que la explicación resida en las a menudo indescifrables estrategias de los grandes sellos multinacionales del libro (Alfaguara, en este caso), que no siempre parecen actuar con criterios comprensibles.
Lejos de contribuir a una mejor circulación de los autores y libros que publican, los grandes sellos multinacionales tienden en muchos casos a entorpecerla. Las sucursales de cada país operan con criterios propios, muy cautos cuando se trata de importar autores de otros países de habla española. Se diría que falta a menudo una visión de conjunto, y una mayor coordinación de las apuestas respectivas, tanto más imperiosa en la medida en que la literatura latinoamericana, en su conjunto, está viviendo, de unos años a esta parte, una evidente revitalización de sus caudales, ya que no de sus cauces.
Hace tiempo que se viene denunciando cómo dichos sellos, a la hora de contratar los derechos de un libro, se reservan automáticamente su explotación en todo el ámbito de la lengua española, alentando la lógica expectativa de una mejor distribución. Pero es muy frecuente que esa distribución se limite al país en que el libro ha sido contratado, y éste quede en cierto modo bloqueado, impedida su publicación por otros sellos, en otro países.
No es el caso de Fuguet. Autor de ya larga trayectoria, y bien conocido fuera de Chile, uno pensaría que sus libros son de los que podrían aspirar a ser lanzados internacionalmente, al menos en principio. No es así, sin embargo. A España no han llegado ni la mitad de los que lleva publicados, y sospecho -no lo sé con certeza- que Missing es el primero en ser impreso en la península, después de haberlo sido en Santiago.
Como fuere, Fuguet -y ello justifica acaso la poca prisa de sus editores en publicarlo fuera de su propio país- pertenece a una promoción de escritores que se dieron a conocer antes de la relativamente reciente reactivación del interés en España por la narrativa latinoamericana, que empieza a hacerse perceptible en la última década, al unísono del boom que por sí solo generó Roberto Bolaño. Durante este tiempo, se ha hablado con insistencia de una nueva y, sobre todo, de una joven narrativa latinoamericana que, extrañamente, deja de lado a los autores que la precedieron. Es el caso, por lo que a Chile toca, de Rafael Gumucio o del mismo Fuguet (por no hablar de autores pertenecientes a más veteranos segmentos generacionales, como Roberto Brodsky), publicados ambos en España, pero comúnmente excluidos de los censos de esa nueva o joven narrativa latinoamericana de la que fueron adelantados y a la que se adscriben escritores a veces mayores que ellos.
Esto aparte, está la cuestión, también, del valor estratégico que, si quiere ver sus libros publicados en España, y que éstos sean bien atendidos, sigue teniendo para un autor latinoamericano residir allí. Por supuesto que ello no basta, ni mucho menos (como saben muchos, quizá demasiados escritores que pululan por la península sin beneficio, casi sin oficio), para asegurar ninguna posición de privilegio. Pero lo cierto es que, por mucho que se hable de la progresiva normalización del tráfico editorial entre los países de Latinoamérica, dicho tráfico sigue manteniendo una estructura radial, con centro en España, y el grado de presencialidad allí de un autor determina no poco los reflejos de los editores a la hora de publicarlo.
En cualquier caso, la fortuna que está conociendo en España una novela de la calidad de Missing es indicadora de muchas, todavía demasiadas anomalías en los circuitos editoriales y, por extensión (pero esta ya es otra historia), de los circuitos de la recepción y crítica de sus novedades.

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