domingo, abril 29, 2012

Ser uno mismo



Cierta mañana de setiembre del año pasado, recibí el libro Una vida absolutamente maravillosa (Debolsillo) de Enrique Vila-Matas. Lo leí, muy lentamente, en cuatro días. Durante mucho tiempo he barajado la posibilidad si escribir o no de esta publicación. Que lo escriba otro, bien; pero si soy yo quien lo hace, no, se diría que no hay objetividad, puesto que tuve la oportunidad de hacerle a V-M una entrevista pública en julio de 2010 a razón de Dublinesca. Sin embargo, hay una razón que se impone: bajo todo punto de vista se trata de uno de los títulos capitales en la obra del autor catalán.

No solo a mí me ha pasado. Cuando me adentro en las páginas de cualquiera de sus libros tengo la sensación de estar leyendo ensayos y artículos disfrazados de novelas y cuentos. No sabemos a qué juega, intuimos que nos toma el pelo, y no tardamos en rendirnos y ser parte de su propuesta nada señorial y tan llena de humor e ironía. Ahora, más de un narrador de renombre ha intentado plasmar en la ensayística lo conseguido en la ficción, y no pocos han fracasado en el proyecto. En el caso de su poética, las cosas parecen ir a la par en estos terruños. Al respecto debemos tomar como referencia el ahora imprescindible Dietario Voluble. Sabemos, de sobra, que su propuesta radica en una suerte de disidencia de lo literariamente establecido, encontrando por doquier más de un puente comunicante entre géneros literarios (por ejemplo, ¿alguien puede decirme qué es exactamente París no se acaba nunca?). A lo largo de su obra, pareciera que el autor nos dijera que no intentemos dividirlo en categorías, es decir: él es el mismo ya sea en ficción como en ensayo. Y más de uno se lo agradece, porque consigue proyectar en el lector la confianza de que vale la pena ser uno mismo, a riesgo de fracasar en la empresa. O sea, y así se pinte de exageración, su magisterio tendrá el mismo sendero de Borges. A V-M, sencillamente, no lo podrás imitar. Sin embargo, de él sí podrás aprender a pergeñar una tradición literaria personal.

Al menos esta es la impresión que me dejó la lectura de Una vida absolutamente maravillosa, publicación en la que se reúnen una excelente selección de ensayos publicados a lo largo de más de 20 años. No estamos ante una mera escogencia. En absoluto. Nos enfrentamos a la radiografía de una poética férrea que apostó desde el inicio a forjarse una perspectiva distinta de la de sus compañeros de generación. No por nada André Jaume, que estuvo al cuidado de la edición, señala que estos ensayos vendrían a ser el testimonio de sus comienzos hasta su consagración. Leer estos ensayos es como ingresar a la máquina del tiempo, hurgar en sus motivaciones creativas, que no solo se ciñen a la literatura, sino también al cine, la pintura y el teatro. Y, de paso, encontramos entre líneas algo que se ha dicho muy poco de él: una postura política de izquierda, detalle que tiraría por los suelos cuando se le asocia solamente como un autor metaliterario, ajeno y distante de lo que llamamos vida o experiencia.

Si un escritor es hijo de sus lecturas, Vila-Matas es un ejemplo mayor. La presente publicación nos ofrece en la sección ‘Para acabar con los números redondos’ un catálogo de autores no solo inscritos en la tradición francesa, a la que siempre se le ha querido vincular. Nombres como Celan, Gómez de la Serna, Benjamin, Bioy Casares, Monterroso, Pitol, Highsmith, Sterne y muchísimos más son parte de su canon, y no solo por sus virtudes literarias, porque en más de una semblanza se deja por sentado también una deuda vital, una actitud de vida de la que también ha picado para sus fines artísticos.

De hecho, ya no tendremos que hacer arqueología virtual para dar con sus ensayos y artículos, esta publicación nos ahorra el trabajo. Ahora nuestra tarea consiste en sentarnos y leer despreocupadamente, tal y como tienen que abordarse los grandes libros.

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