jueves, agosto 28, 2014

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En los últimos días se me han juntado varias actividades, algunas de ellas inevitables, pero las cosas siguen su curso natural, y muy dentro de mí espero la llegada de un libro desde el sur, que al momento de tenerlo en manos, haré un alto a absolutamente todo para leerlo en una seguidilla de horas, seguramente en una madrugada.
Mientras calmo mis ansias lectoras, leo La República, que leo dejando un día, aunque el diario de siempre ha sido, es y será El Trome, puesto que no me pierdo ninguna de las columnas del Búho. Pues bien, ayer pasaba las páginas de La República y encuentro el artículo de Carla García. Confieso que no soy muy adepto a sus columnas, en realidad no soy muy adepto a ninguna del diario, a excepción de las de Alonso Cueto.
Leí la columna de García y esa experiencia me llevó a leer sus cuatro o cinco columnas anteriores. Entonces llegué a la conclusión de que poco o nada me podía interesar lo que escribía. Sin embargo, es precisamente su última entrega la que me lleva a darle la razón en casi todos los párrafos. Esa columna ha originado pues un apanado público por cuenta de nuestras maravillosas mentes de izquierda, que una vez más demuestran una insana intolerancia hacia la opinión divergente, demostrando ese verdadero lado oscuro que tanto quieren ocultar, portándose como lo que más critican.
No digo nada nuevo, pero hay que decirlo cuantas veces sea necesario, como si estuviéramos en el colegio: las opiniones se confrontan con opiniones, si le metes criollada y chongo a tu refutación, no llegas a nada, te expones tal cual y luego no sabrás cómo resarcir ese espectáculo, que queda en el recuerdo. Por eso, huevas, no debe sorprenderte ese mohín de fastidio, esa mirada de incredulidad, cuando tus lectores te leen sobre los temas más importantes, esos temas que te elevan a la iluminación ética y moral.
Te pregunto: ¿qué parte del artículo te fastidió? Seguramente cada idea del párrafo, pero tuvo que haber uno que haya despertado al Canebo colegial que llevas dentro. A ver, ¿quizá fue: “cuando sus líderes de manos limpias son involucrados en investigaciones, se automachuca el botón de mute”?

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Qué tal concha la de esa García, teniendo al viejo que tiene.

3:43 p.m.  

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