jueves, septiembre 18, 2014

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Un par de personas, uno muy amigo mío y el otro a quien aprecio por su generosidad e inteligencia, discuten por el Face.
Me apeno y deseo que solucionen sus diferencias.
Como no quiero deprimirme por cuestiones relativamente ajenas a mí, me desconecto del Face sin antes rescatar la idea que originó esa lamentable discusión.
La idea: después de algunos años, estamos siendo testigos de una eclosión narrativa que no debemos dejar de prestar atención.
La única manera de aprovechar esta eclosión es leyendo precisamente los libros que dan vida a esta eclosión. No hay otra, no debemos dejar de pasar la oportunidad, porque esta ola de buena racha volverá a la nada más temprano que tarde.
Como bien señalé en algunos posts anteriores, por lo que se viene publicando en cuanto a narrativa, bien podríamos tener más de un entusiasta y justificado balance literario de fin de año, que como tal, no nos debe emocionar más de lo normal. Por eso hago hincapié en que hay que aprovechar el contexto, ganarle la partida a las mentiras que seguramente nos traerán los grandes sellos y los círculos de poder literario en los próximos meses.
Hasta hace no poco no sentíamos este inusitado entusiasmo por lo que se viene publicando, en donde tenemos a los narradores llamados mayores como Ampuero (Tambores invisibles), Cueto (La piel de un escritor) y Gutiérrez (Hacia una narrativa sin fronteras: narrativa peruana del Siglo XXI) que literalmente brindan cátedra sobre los entresijos del oficio narrativo y de lo clave que es para este la pasión por la lectura; como también el afianzamiento de narradores provenientes de la década pasada como Yushimito, Ángeles, Gamboa, Thorndike, Pimentel, Roldán, Pacheco, Mazeyra y García Falcón, que, sin exageración, vienen marcando la hora con lo que vienen publicando (sin duda, con más de uno de los mencionados tengo discrepancias, discrepancias que yacen en el parecer literario, en gustos de poéticas).
Claro, hay otras voces del decenio anterior que persisten y que aún no la hacen, no consiguen la legitimidad literaria porque equivocaron el camino, pues el relacionismo/lustrabotismo/besamanismo jamás será el camino en el sendero literario, sendero literario que resulta ser toda una mierda al momento de poner las cosas en su lugar. El poder académico, la foto histórica, la influencia en prensa y el sobonismo en las reseñas no son parcelas del sendero literario, sino de la Otra Literatura, que por ratos es engañosa, porque así esta se presente como la ricura de la fiesta a la que todos quieren sacar a bailar y flirtear en pos de una noche de sexo salvaje, pronto será puesta en evidencia por el lector, sea entrenado, entusiasta y hasta primerizo, que no se obnubila con el ruquerío.

4 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Aún no lees "La literatura en Alaska" de Cristhian Briceño? De hacerlo con atención creo que también estaría en tu podio.

12:19 p.m.  
Blogger Gabriel Ruiz-Ortega dijo...

en el post hice referencia a los escritores mayores y a los narradores que vienen de la década anterior.
si no me equivoco, Briceño, que es un muy buen escritor, apareció después del 2010.
ahora, pienso en hacer otro post, ojalá breve sobre los escritores aparecidos en esta década y no creo que nombre a más de 5. veremos qué pasa.
Saludos
G

12:28 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Hay dos autores que no son jóvenes, como cueto o ampuero, pero que siguen publicando nuevos libros: calderon fajardo y higa.

4:32 p.m.  
Blogger Gabriel Ruiz-Ortega dijo...

claro, CCF e Higa siguen publicando, demostrando oficio, pero en el post, al momento de mencionar a Ampuero, Cueto y Gutiérrez, lo hago en relación a sus libros sobre literatura, que están muy buenos.
Saludos
G

11:03 p.m.  

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