miércoles, enero 21, 2015

228

Aquella noche que venía en el taxi, supuestamente alejándome de la marcha contra la Ley Laboral Juvenil, me quedé atrapado en un cuello de botella. Al igual que mi taxi, muchos buses, taxis y autos particulares querían evitar el paso de los manifestantes. Cada quien quiso cortar camino por donde más le convenía, pero ese afán les jugó a todos un pésimo destino, siendo parte de un cuello de botella que se hizo interminable porque los manifestantes corrían por entre los autos, huyendo del gas lacrimógeno. 
Pude evitar el sangrado que tenía al lado del ojo izquierdo y no tuve otra opción que aceptar la realidad inmediata: quedarme a esperar y rogar para que no haya nada que lamentar. El gas cubrió a todos los vehículos estacionados a la fuerza. Los manifestantes corrían, su desenfrenado trote generaba en el suelo una especie de sensación de temblor. 
No sé cuánto tiempo habré estado allí, quizá media hora. Miles de miles de jóvenes corrían con sus pancartas y botellas de agua en la mano. La caballería policial también hizo su ingreso entre los autos. Ver policías y caballos parecía la versión peruana de aquella escena en El planeta de los simios persiguiendo con redes a Charlton Heston y compañía. 
Hasta ese momento no me había percatado del buen gusto musical del taxista, puesto que de su USB salían muchos éxitos bailables de los noventa. Me transporté a esas noches interminables de excesos. De los temas que escuché, uno me llevó a una revelación. Se trataba de una canción que no la escuchaba en mucho tiempo y que la había olvidado. La buscaba desde mayo del año pasado, en las semanas que participamos de una feria del libro en los portales de la Plaza de Armas de Arequipa. 
Fue en una noche gélida en que me encontraba cerrando el stand de Selecta. Tenía hambre y en lo único que pensaba era en irme al Herraje por un churrasco con papas fritas. El stand que estaba a nuestro lado no solo vendía libros, también música, buena música, y de su equipo de sonido se escuchaban buenas canciones, pero una de ellas, llamó mi atención y por escucharla dejé de cerrar el stand. La disfruté mucho, no era para menos, su letra y ritmo me llevaron a los buenos momentos de mi exceso noventero. 
Cuando llegamos al hotel, me puse a buscar en Internet la canción y de ser posible bajarla y tenerla en mi archivo de música. Fácil no la escuchaba en más de una década. Tan fuerte ha sido el influjo setentero que hizo que olvidara y pasara por alto muchas canciones que forjan mi memoria de juergas. Sentí frustración al ver que había pasado más de media hora sin encontrar el tema. 
A partir de entonces, buscaba la canción cada vez que podía. Fácil tres veces por semana. Hasta que di por perdida la búsqueda. Sin embargo, como siempre seré un creyente del azar, supe que tarde o temprano daría con ella, la encontraría y la secaría en mi cerebro, tal y como siempre hago con todo aquello que me obsesiona. 
La escuché mientras tres manifestantes corrían despavoridas por nuestro lado. “Únete a la lucha, mierda. Abajo el sistema neoliberal, conchadesumadre”. Le pedí al amigo taxista que repitiera la canción, petición que hizo con muy buena onda. Me desconecté de todo, hasta del ardor que tenía al lado del ojo izquierdo. 
Una vez en casa. Saludé a mis padres y di de alimentar al gato, que siempre me espera en su árbol. No hay noche en que no me espere en su árbol y noche en que no está, quiere decir que está seduciendo a la gata de los miércoles, porque mi gato es bravo, de armas tomar, al punto que una vecina ha amenazado con dejarme una caja con gatitos recién nacidos. Una vez por semana me pide que esterilice o castre a mi gato, algo que me parece una locura, un atentado a la naturaleza hormonal de Silvestre. 
Me puse a buscar con Silvestre la canción y la escuchamos una y otra vez. A Silvestre le gustaba, en realidad le gustan todas las canciones que escucho. 
La canción (y perdonen si caigo en el lugar común): “Lessons in Love” de Level 42. 
Ojalá les guste.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal