lunes, marzo 20, 2017

que sabe

Como ya lo indicamos en su momento, el presente de Antonio Gálvez Ronceros no puede ser más perfecto. Pues me alegra que sea así, además, nuestro narrador es dueño de aquella sabiduría, sana y nada toxica, que solo puede deparar la experiencia de vida.
De alguna manera, venimos siendo testigos de las notas de prensa y entrevistas a razón de su obra. En cuanto a las entrevistas que le vienen  realizando, me alegra saber que sus respuestas se alejan de la mera información banal sobre los circuitos interiores del ego, detalle que hemos visto en plumas mayores y también “jóvenes” en los últimos años. Por ello, las respuestas del autor adquieren un carácter perdurable, aunque sea en su inmediatez, por paradójico que parezca.
En una nota de José Miguel Silva, GR brinda algunos consejos a los que “sueñan con escribir”. La pueden ver aquí.
Aunque suene a lugar común, no deja de tener razón cuando el autor indica que no debe haber apuro alguno por publicar. Sus palabras tendrían que ser tomadas en cuenta, ahora que no pocos viven ansiosos por hacerlo inmediatamente, ansias proyectadas hasta en las iniciales punzadas de la intención de escritura, sin tener en cuenta que ese fuego creativo iniciático tiene el poder suficiente para configurar una mentira: creer que se es cuando no se es nada.
Si algo he notado en la producción narrativa última ha sido un apuro que se percibe en donde no debiera: el libro publicado. Novelas, poemarios y cuentarios con buenas propuestas, tanto en lo temático y el estilo, se han visto traicionados por la velocidad que signa estos tiempos en los que parecer es mucho más importante que ser. La paciencia, se deduce, no es lo que rubrica la ética creativa del escritor actual, y si extiendo el imaginario, no solo me refiero al peruano. Por el momento, no brindaré una lista de los libros que se han visto afectados por este lastre, y bien sabe el lector del blog que no tengo problema alguno en hacerlo.
Por ello, es una lástima que se pierdan propuestas llamativas, sea por la demanda editorial, aunque esta no es nada contra la verdadera demanda que traiciona al creador: el apuro del ego, potenciado como nunca en las redes sociales, terreno en los que el Like es asumido como un punto a favor que no necesariamente se traduce en ventas, menos en lectores.
No dejemos tener en cuenta que GR se refiere a la paciencia que el escritor debe tener con su trabajo, y en esta sentencia, no podemos dejar de señalar que su opinión guarda relación con su propia obra. GR es un narrador de flujo lento, demasiado espaciado en la aparición de sus libros, según sus lectores. En este sentido, GR nos habla de su propia verdad creativa, que no tendría que ser una regla que asegure la elaboración de un libro destinado a la efervescencia literaria, no obstante, no deja de tener muchísima razón en lo que dice. Hay que hacer caso a los que saben.

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