viernes, marzo 17, 2017

safety check

Lo curioso que viene ocurriendo en estos días en los que la naturaleza se manifiesta con toda su furia, furia que no estaba para nada prevista, calificada por las instituciones medioambientales pertinentes como histórica, es que más de uno no utiliza las redes sociales a la altura de las circunstancias. En una situación como esta la comunicación resulta no menos que importante, por medio de estas podemos hacer cosas muy útiles, como coordinar ayuda para nuestros hermanos peruanos que sí están sufriendo las inclemencias que generan las inundaciones.
Me explico: desperté temprano para seguir avanzando la edición de tres textos. Aunque algo vi la noche anterior, creí que lo visto no era más que una alucinación producida por el cansancio y la preocupación. Sin embargo, esa alucinación resultó ser real y potenciada como tal en la dimensión de lo que puede generar la poca reflexión y las desmedidas ansias de figuración, ansias que exponen la radiografía frívola de aquellos/aquellas que de sentido común tienen tanto como de mal gusto.
La única calamidad que viene sufriendo la ciudad de Lima es la falta de agua potable. La institución encargada de suministrarla, Sedapal, ha impuesto un horario de suministro, horario que puede darse de baja como también extendiendo el corte de agua, ello dependiendo del lodo que traiga el río Rímac. Esa es la calamidad que vive la ciudad de Lima, salvo algunas excepciones distritales como San Juan de Lurigancho, Chosica, Chaclacayo, ubicados cerca del río capitalino. Lo mismo podríamos decir de los distritos del sur de la capital. Ayer vimos cómo una mujer sobrevive en Punta Hermosa mientras es arrastrada por el huaico, la gesta de esta valiente mujer es ahora la imagen que la prensa internacional usa para dar cuenta de lo que viene ocurriendo en el país.  
Cuando la tragedia llega a Lima, el Perú despierta. Esa es nuestra tara. Pero lo que ha estado sucediendo en el norte, centro y sur del país, y desde hace semanas, es una tragedia incomparable a las pequeñeces capitalinas. No hay agua potable y ese es el mayor drama de la chibolada pulpín, como de los cuarentones burgueses que se portan como pulpines. Gracias a esta pulpinada intergeneracional he visto el mayor acto de estupidez en aquellos que se autoerigen como privilegiados del pensamiento crítico y el activismo: hicieron uso del Safety Check de Facebook. Puedo entender el Safety Check si vivieran en las zonas afectadas, pero no, la mayoría vive en distritos como La Molina, San Miguel, Miraflores, Barranco, Jesús María, Surco, Cercado, Los Olivos, La Victoria, San Luis, San Borja, Magdalena, San Isidro, San Martín de Porres… En fin. El furor de la estupidez.

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