martes, marzo 27, 2018

aprendizaje


En el maravilloso librito My favorite things. Conversaciones con John Coltrane (Alpha Decay) de Michel Delorme, encontramos una respuesta que habría que poner en práctica para estos tiempos en los que la chibolada está cada vez más sometida a férreas e inútiles exigencias a vista y paciencia de la platea virtual.
Ante la inquietud sobre con qué tipo de músicos le gustaba trabajar a “Trane”, este manifiesta su preferencia por aquellos que basan su pericia en el entusiasmo y no solo en la ejecución perfecta. Con los duchos se puede redondear piezas, pero en este curso la garantía de hechizo no está asegurada, no en la mayoría de casos. En cambio con los entusiastas siempre está la opción de la sorpresa, el condimento de este género musical: la posibilidad de la improvisación. Además, el músico señalaba como ingrediente clave la impresión primeriza que signa a los entusiastas, es decir, la característica de quienes quieren aprender.
Lo que no dejó de buscar Coltrane a lo largo de su vida, fue aprender mediante la enseñanza, he ahí la razón que entre las luminarias del jazz sea el músico de quien más se pueda asimilar recursos sin estar bajo la sombra de un genio (y bien sabemos que esta categoría también se la podemos adjudicar). 
Siguiendo esta lógica, pienso en el aprendizaje literario. Es obvio que no podemos aprender de todos, como esas plumas que a la más mínima asimilación convierten al principiante en imitador o caricatura, a estos solo hay que disfrutarlos, del mismo modo recoger sus influencias, pensemos en García Márquez y Borges; en cambio están los otros, que dejan al lector no solo epifanía, sino también un manual de aprendizaje, a saber, el andamiaje estructural de Vargas Llosa en sus novelas, recordemos Conversación en La Catedral.

domingo, marzo 25, 2018


comunidad


Aunque vi la noticia en los muros de algunos contactos, no creí que sería ser testigo directo de la fiebre mundialista por la compra del álbum Panini.
Lo pude ver. Largas colas sin importar el calor, la barrera generacional quebrada por la pasión futbolera. Niños y adultos tras lo que consideran un documento histórico.
En lo personal, el álbum nunca me llamó la atención, no le encontraba la magia que otros sí, pero lo que siempre me gustó fue que alrededor de ese objeto se formaran comunidades de fanáticos que se reunían en distintos lugares de la ciudad para intercambiar las figuritas que faltaban, los clásicos “nola”, “sila” y “yala” hoy en día usados para otros fines de la era líquida. Hasta en los patios de recreo podía verse la junta de los entonces pequeños interesados en llenar el álbum. Quien conseguía llenarlo tras angustiosos meses tenía el derecho de manifestar su orgullo ante los que no.
Pero ahora se ha perdido ese espíritu de comunidad. En menos de tres horas ya puedes tener el álbum completado y alucinarte el bravo de la pichanga. Se lo comenté anoche a un amigo y este me dio la razón. No hay curiosidad, ni pasión, anclas del fetichismo. Lo mismo sucedía con los casetes, mas aquella fiebre solo la pude ver en sus últimos estertores. 
Sabíamos que en estas semanas de partidos amistosos para Rusia nuestra mente estaría puesta en frivolidades felices, pero lo que no esperábamos, aunque lo intuíamos como posibilidad lejana, era la situación política del país gracias a PPK y la pandilla de la rata naranja.

viernes, marzo 23, 2018

de antes


En estos días cualquiera se arroga el derecho de criticar la situación del país, así es, “cualquiera”, si no veamos a nuestros congresistas, como Huilca, a la que observo en estos momentos mientras doy cuenta de una taza de café y de un pan con jamón y queso, repitiendo las mismas cojudeces que su lideresa Verónika Mendoza: nueva constitución, otro modelo económico y convocatoria a elecciones.
Como si el problema del país fueran la constitución y el sistema económico. El solo hecho de decirlo no es más que reflejo de desconexión de la realidad y sujeción a las agendas ideológicas de partido. Para esta gente, poco o nada importa lo que preocupa a los peruanos, no les interesa buscar la solución a la desaceleración de la economía, que es el tema central que tendría que estar en debate.
A diferencia de las bancadas y representantes de izquierda de antes, la de ahora, aparte de demagógica, exhibe también incapacidad moral. Lo que veo en Arana, Glave, Huilca y el mounstro Apaza, no lo veía en J. Diez Canseco; lo que percibo de Mendoza y Goyo, nunca de Barrantes. La izquierda de entonces, con bemoles y otras salsas, era mucho más responsable, culta, inteligente y coherente que la de hoy, a la que poco le falta para pontificar, alucinada en una legitimidad popular inexistente. 
La labor histórica de la izquierda siempre ha sido la fiscalización. En esa postura ha sido eficiente, recibiendo por tal labor el reconocimiento de la ciudadanía. Así como hay mamíferos de montaña en la derecha, los hay también en la acera zurda, preocupada en sus nuevas adicciones: a esta le gusta el poder y, cómo no, también el dinero.

jueves, marzo 22, 2018


chicote


Ayer miércoles, día histórico.
PPK renunció pechando al Congreso. Congreso aún más hundido que la imagen del presidente saliente.
Vimos las reacciones de los congresistas, entre estas, las de Becerril, Mulder, Salaverry, Arana y otras cosas peores. Y hoy en la mañana, las de los ex candidatos presidenciales Mendoza y Barnechea. Del primer grupo no espero mucho y del segundo solo desgracia pautada por la demagogia.
Más de uno sospecha que detrás de esta ingobernabilidad están los hermanos Fujimori. La emisión de los videos nos arroja la certeza de que estamos ante una práctica noventera de estilo montesinista y posiblemente ante un plan que busque apoderarse de la enclenque institucionalidad del país.
Estamos, pues, hasta el cuello de mierda.
Como siempre, de estas porquerías es posible sacar algunas conclusiones que van más allá del ámbito político, potenciales enseñanzas para el deshueve vital.
Veamos: el lobismo no conduce a ningún lado, tarde o temprano este te pasa la factura. Hace un tiempo, un inevitable conocido del circuito cultural dijo que en la vida hay que hacer lobby. El afán por el dinero era menor al que sentía por el poder y en esta práctica no llegó a creer en nadie. Ahora lo veo como PPK, en el desprestigio, deambulando por la vida hablando mal del trabajo de otros y a la espera de una nueva oportunidad. 
Pero hay una dimensión del relacionismo que considero la peor: el que se vale de intereses colectivos, llevado a cabo desde el Estado para el beneficio personal. Eso es lo que pasó con el conocido que deambula y ahora lo estamos viendo con el ex presidente. La vida, cuando chicotea, no tiene piedad.

miércoles, marzo 21, 2018

opinión de poeta


Navego un rato por Vallejo & Company, avisado a razón de un artículo. Más allá de si me gusta o no el inicio del mismo (impostada bacanería), queda claro que el micro debate de poesía de estas últimas semanas solo tiene razón de ser en circuitos tan pueblerinos como el nuestro. Entre varias hierbas del mal gusto en este cruce de "conceptos", escojo esta: las influencias del poeta como signo de diferencia y calidad en comparación a las “viejas escuelas”. Lo concomitante como mérito y medio de contrabando para la argolla grupal, hasta las huevas.
Creo entender el ánimo del joven poeta peruano promedio. No hay quien se considere voz en proceso de aprendizaje, todos se consideran algo, desde el que tiene talento y es dueño de una honesta comunión con la palabra, hasta aquel que fragua referencia mediante la imagen de vate. La situación con el poeta es mucho más complicada que la del narrador. El poeta local siente que es parte de un imaginario mucho más rico y perenne, observación nada jalada de los cabellos, porque en la tradición poética peruana hallamos grandes nombres, como Vallejo, Adán, Eguren, Westphalen e Hinostroza. Hablamos de grandes poetas canónicos, pero también de imprescindibles nombres en las divisiones menores, entonces el poeta quiere ser parte de alguna de estas parcelas y en ese afán se la juega por la presencia alocada y en esa actitud la paciencia opinativa no es vista como virtud en nuestros buscadores de la experiencia
Deben imponerse la calma y la genuina búsqueda verbal en la obtención de la legitimidad. Dinamitar el ego y evitar la pose cojuda, de lo contrario, vemos lo que vemos: el inmisericorde apanado virtual al emisor que se pinta de polémico.

viernes, marzo 16, 2018


vacancia


Vacancia es la palabra que más repiten los peruanos en estas últimas horas.
Me la pasé desconectado, disfrutando del poco sol y de un rico almuerzo familiar en La Punta, pero tuve que abandonar la reunión puesto que se me adelantó una reunión para las cuatro de la tarde, cuando se supone que esta sucedería hoy viernes al mediodía.
Caminé a la Plaza de Armas (no sé si ese sea su nombre, pero siempre he llamado así a la plaza principal del distrito). Subí una custer vacía, con la idea de llegar al cruce de la Marina con Universitaria, en donde finalmente tomé un taxi a San Borja.
Por esas cosas extrañas, como si las circunstancias confluyeran, y en verdad no quiero especular más para que no se me malinterprete, sucedió que más de la mitad de los pasajeros comentaban del nuevo pedido de vacancia contra PPK.
Cada vez que viajo en el transporte público me desentiendo de la conversa ajena, pero esta vez no fue así, cosa que me alegró, porque percibía criterio y sentido común en lo que escuchaba en los pasajeros. Ojalá nuestros congresistas se iluminen, se hagan una entre tanto hueveo, hombres y mujeres de la patria que, una vez más, son guiados por los sentimientos menores bajo el pretexto de querer moralizar el país. Como bien se dice, el chiste se cuenta solo. Resultan evidentes los fines políticos y partidarios que esta vez los motivan.
No es que defienda a PPK. No se trata de defender la autoridad de un hombre que ya quedó en la Historia peruana como un mentiroso y un relacionista amoral. Lo que importa es defender un sistema democrático, con falencias y agujerazos, que ahora está en peligro a cuenta de los caprichos de una organización criminal que quiere blindar a su lideresa, a cuenta de los preclaros nombres de la superioridad moral, como Huilca y Glave, que buscan distraernos de las acusaciones que caerán sobre ellas tras su paso como regidoras en la Municipalidad de Lima, animosas firmantes de las obras que consiguió Odebrecht tras la campaña del No. 
Esta mezcla de conchudez y amoralidad es lo que anhela limpiar a este país de fierro, catre y botella. El plan está diseñado para tomar el poder ni bien se vaque a PPK. Pero en vacancia no piensa la gente, sino en trabajar, en que las inversiones se reactiven. Eso es lo que está en sus mentes, no en los desagües discursivos de la derecha ultramontana, ni en la letrina verbal de la izquierda, los componentes de un poder legislativo que bien haríamos de calificar de porquería.

jueves, marzo 15, 2018

loayza y la no exhibición


En estos días lamentamos la desaparición de Luis Loayza, prosista de lujo de nuestra tradición literaria que la rompió en narrativa y ensayo. Es precisamente el Loayza ensayista el que me gusta más, por ello, sugiero la (re)lectura de El sol de Lima, Sobre el 900 y Libros extraños. Volver a estas páginas nos hace partícipes de su ánimo: Loayza sabía porque leyó muchísimo, pero en ese conocimiento jamás evidenció soberbia intelectual, sino hechizante naturalidad. He allí el secreto de su radiación con los lectores. En él, lo difícil no se notaba y ese es su magisterio: pensar en el otro cuando se escribe.
Siempre ha llamado mi atención su relación con la literatura. Más de una vez he pensado que algo tuvo que ocurrirle a temprana edad para que haya dinamitado su ego, a saber, no conocemos a la fecha entrevista alguna que se le haya hecho. En cierta ocasión quise entrevistarlo para Buensalvaje y esta fue su respuesta: “Estimado Gabriel, siento decirle que prefiero no dar entrevistas”. Para aquel entonces, Loayza era toda una leyenda, el Salinger peruano aferrado a su ley de no exposición.
De haberlo querido, Loayza pudo gozar de mayor nombradía continental, talento y sapiencia le sobraban, también contactos, como los de su amigo Mario Vargas Llosa, quien le profesa admiración en El pez en el agua. Este es pues el otro legado que nos deja: vivir en literatura, consagrarse a la lectura y no apurarse por publicar. Su vida y su obra son un incuestionable ejemplo de ello, en especial para estos años en los que el escritor peruano vive entregado al reconocimiento plástico de las redes sociales y al lustrabotismo editorial, maravillas del mal gusto que lo hubiesen espantado de haber sido testigo directo. Hagamos el esfuerzo y sigamos su actitud.

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narrativa sin crimen


En cierta ocasión, escuché decir lo siguiente a Alonso Cueto: “el Perú es un país privilegiado para la novela policial”. También a Miguel Gutiérrez, que dijo que el contexto peruano resulta propicio para la construcción de novelas de género. En ambas impresiones, un lazo las une: el conocimiento de lector por las buenas novelas de divertimento.
Ahora que vemos los destapes del siniestro Jorge Barata, me pregunto si acaso nuestros narradores se estén documentando al respecto, puesto es todo un personaje de novela. Espero que sea así, porque de lo que ha adolecido la tradición narrativa peruana es precisamente de novelas policiales y negras. Solo hemos tenido contadas incursiones, pero sin las señas de la continuidad de proyecto.
Si tuviéramos que rastrear las razones que nos expliquen esta situación, tendríamos que pensar en la ausencia de lecturas de divertimento durante la adolescencia, pensemos en las novelas de Salgari, en las sagas de ciencia ficción de Asimov, en las maravillosas historias de Conan Doyle, Agatha Christie y George Simenon. Cuando el potencial escritor peruano comienza a forjar su convicción por la ficción, lleva a cabo su empresa con lecturas canónicas y en base a ellas proyecta su futura poética. Esta actitud se condimenta con un prejuicio: las novelas de aventuras (y derivados nominales) como subliteratura.
El país está podrido por la corrupción y el crimen (Odebrecht, narcotráfico, sicariato, trata de personas, feminicidio) y la ficción no los aborda no por falta de interés, sino por causa de los agujeros formativos de sus autores. En cambio, la no ficción está aprovechando el contexto, a saber, El origen de la Hidra de Charlie Becerra. Ocurre que el escritor peruano de ahora anda muy preocupado en las cuestiones pueriles del “parecer” (fotitos, aceptación oficial, festivales, invitaciones a ferias) que en “ser” (leer e investigar).

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artefacto narrativo


Desconfío de los galardones literarios. Sin embargo, hice una excepción con un libro premiado a causa de la trayectoria de su autor, a quien sigo en sus facetas como crítico y narrador. Me refiero al español Vicente Luis Mora y su título ganador del XXVIII Premio Torrente Ballester, la novela Fred Cabeza de Vaca (Sexto Piso, 2017).
Lo ideal sería catalogar este trabajo como un atractivo y maléfico artefacto discursivo, mediante el cual se nos presenta la biografía de un hombre y artista poliédricos. Fred Cabeza de Vaca es el “artista plástico más universal de España desde Picasso”, entonces podemos imaginar que tremenda etiqueta es la causante de muchísimas leyendas que se tejen sobre su vida y obra, aspectos que seducen a la académica Natalia Santiago Fermi. La mujer lleva a cabo su proyecto biográfico, su objetivo es mostrarnos quién fue aquel hombre seductor (coleccionista de mujeres), farsante y con varios destellos de genialidad creativa. Esto en el plano de la dimensión temática, pero la novela es mucho más que selección informativa y he aquí su luz: el mestizaje de registros (entrevistas, artículos y diarios) de los que se vale el autor para dar voz a quienes conocieron (o creyeron conocer) a este personaje. Esa confluencia de senderos refuerza el contexto del proyecto, ambientado en el futuro, estrategia inteligente ya que le permite a VLM ejercer una libertad discursiva en su dimensión coral. Cabeza de Vaca se nos revela como un ser de temer, capaz de lo inimaginable con tal de alcanzar fama y reconocimiento.
Novela rica en estructura, que se potencia gracias a la transparencia de la prosa, que la posiciona como feroz crítica del arte contemporáneo y también como estupendo divertimento. Si la tuviéramos que hermanar, pensemos en Jusep Torres Campalans de Max Aub. No es poca cosa.

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ríos de tinta 2018


La fiebre mundialista vendrá con varios libros bajo el brazo. Desde la autobiografía de Ricardo Gareca (Planeta) hasta la historia del Perú en los mundiales escrita por José Carlos Yrigoyen (Penguin Random House (PRH)), pasando por los infaltables libros de estadísticas y datos caletas (Roberto Castro, de De Chalaca, prepara uno).
A finales de abril o inicios de mayo llegará a Lima el narrador Sergio Galarza. El autor de Matacabros presentará su nueva novela con PRH. “Solo puedo adelantarte que me baso en uno de los asesores mejor pagados que tuvo el fujimorismo en la última legislatura”, cuenta Galarza. “Fue mi mejor amigo hasta hace unos años, y de eso va en parte, de la amistad y sus vaivenes”, adelanta. La temática elegida remite al nuevo libro que ya escribe Renato Cisneros, quien ha adelantado que contará su experiencia como corrector de estilo en el Fondo Editorial del Congreso durante los estertores de la dictadura fujimorista. Cisneros, además, volverá a Lima a inicios de marzo para asumir un programa nocturno en RPP. Otro esperado libro de PRH es una investigación de Gustavo Gorriti sobre el Caso Lava Jato.
También se habla de nuevas novelas de Francisco Ángeles y Luis Hernán Castañeda. Los platos fuertes serán las reediciones de clásicos como Los Inocentes (1961) de Oswaldo Reynoso y Al final de la calle (1993), novela que tuvo cinco ediciones y que llegó al cine. El libro de Óscar Malca marcará el retorno del talentoso escritor, quien prepara una novela gráfica con el caricaturista Mario Molina.
En la acera del frente, la editorial Planeta prepara libros de cuentos de Leonardo Aguirre (Interruptus) y Juan Manuel Robles, novelas de Ulises Gutiérrez (Cementerio de barcos) y Carlos Enrique Freyre, un libro de Christiane Félip-Vidal, un volumen de crónicas de Julio Villanueva y la reedición del recomendable Maldita sea (2008) de Julie de Trazegnies. Tres reediciones más: la biblia del rock Demoler (2009), de Carlos Torres Rotondo; El inventario de las naves,  de Alexis Iparraguirre; y Ciudadano Fujimori (1993), el libro de Luis Jochamowitz que empezó con una investigación hecha al alimón con Cecilia Valenzuela en esta revista.
Entre los autores más jóvenes, Stuart Flores está dispuesto a arañar el circuito literario con la novela corta La velocidad del pánico. Por su parte, el motero y narrador de mayor proyección de su generación, Joe Iljimae, ya tiene listo su esperado cuentario Estación Paria. La editorial Celacanto romperá fuegos con los poemarios de José Miguel Herbozo (Las ilusiones), Jhonny Pacheco y Renso Brusco.
De las autoras que publicarán tenemos a Nataly Villena (Animal de invierno) y Ana Carolina Quiñones (Paracaídas Editores). Y Cocodrilo Ediciones anuncia el que tendría que ser el rescate del año: la novela La trampa de Magda Portal. Estaremos a la expectativa.

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doble rasero


Una joya más de nuestra izquierda: la bancada congresal de Nuevo Perú invita a Raúl Castro, Evo Morales y Nicolás Maduro a la Cumbre de los Pueblos, a realizarse en los mismos días de La cumbre de las Américas.
Bajo todo punto de vista, estamos ante una provocación política. Sin embargo, este cariz no debe distraernos del síntoma que desnuda a los integrantes de este grupo político: son capaces de cualquier cosa para conseguir la adhesión de los ciudadanos peruanos.
Además, días atrás veíamos a la líder de NP calificando de dictadura al gobierno de Maduro.
¿Qué nos deja este llamado a una cumbre en paralelo? Fácil: el doble rasero del discurso y su evidente conexión de la zurda dirigente con la realidad.
Más de una impresión puede desprenderse de este comunicado. Con Mendoza a la cabeza, todos obedecen a una lealtad ajena de los principios ideológicos que dicen defender con vehemencia, sino al silencio extendido que no delate el financiamiento que durante años han recibido del chavismo.
Que hagan la cumbre paralela y así el pueblo de a pie, aquel que trabaja, se percate de su mentira y hueleguisismo estratégico. Este pueblo es el que a diario ve lo que ha hecho la corrupción en sistemas socialistas, como el de Venezuela. 
Esta es también una oportunidad de oro para los venezolanos residentes en Lima: que se organicen y protesten en contra de ese sátrapa que ha teñido de humillación, pobreza y sangre a su país.

miércoles, marzo 14, 2018


martes, marzo 13, 2018

mvm


Moneda corriente la opinión, más en semanas que arderán en pasión futbolera a medida que se acerque el mundial de Rusia.
No me hago problemas: todos son dueños de su verdad pelotera y a cada quien le corresponde expresarse como le venga en gana.
Puedo estar o no de acuerdo con algunas impresiones. No juzgo a menos que en lo dicho haya una abierta bajeza. En estos años he aprendido a no cuestionar la pasión, ese sentimiento irracional y, por eso mismo, mágico.
En lo personal, prefiero escuchar a los que saben, es decir, no a los comentaristas deportivos, su carencia de cultura los lleva a emitir sandeces. Si al menos se esforzaran por mejorar, no tendríamos los referentes de barro que día a día alteran nuestro almuerzo o viaje en taxi. 
Como dije, escucho a los que saben. Hago el esfuerzo porque no siempre saben transmitir sus ideas, pero lo hecho en la cancha les brinda esa sabiduría adquirida en el juego y la maña (merecen esa tolerancia). En este sentido, se hace extrañar la opinión del mejor comentarista futbolero que recuerde: Máximo Vides Mosquera. Sus intervenciones en las narraciones de fútbol de Ovación te ofrecían no solo la descripción, sino también la solución ante los planteamientos de los técnicos que iban perdiendo. MVM observaba y pensaba lo que iba a decir. Ese silencio inicial le permitía calibrar sus ideas y esa fugaz espera valía la pena. No fue un hombre leído, pero sí sencillo, que halló en su experiencia de genial mediocampista y habilidoso delantero (Deportivo Municipal, Deportivo Cali, Alianza Lima, Sporting Cristal) su arma discursiva, no para imponer criterio a cuenta de su prestigio, sino mediante la persuasión, la argumentación del viejo sabio que enseñaba y que también escuchaba.

domingo, marzo 11, 2018

reconocimiento inmediato


Después de un par de horas de siesta, reviso el correo electrónico y comienzo a descargar algunos archivos. Los domingos me desentiendo de estas cosas, por ello, imposible evitar la sensación de extrañeza relacionada al trabajo.
Mientras hago las descargas, me pongo al corriente con algunos sucesos de nuestra provincia literaria, la mayoría incentivadas por la referencialidad inmediata, que seduce a muchos especímenes, desde exacerbados chancateclas hasta lectores sin voz, entregados a la cacería de la fama y, en especial, el Like como símbolo de legitimidad.
Aunque la queja no es novedad, la de hoy exhibe sinvergüencería y estupidez del denunciante, ni hablar de los que cogen el guante. El apuro conceptual, la vedette verbal de la función estelar que uno observa con cierto gusto debido a la exposición de humor involuntario, nos revela la certeza (no más buenagentismo): la desesperación en la construcción de un nombre. 
No estoy en contra de que narradores y poetas se posicionen, es lo normal. Lo que sí me gustaría es ver lo que sustenta el ánimo de los pequeños guerreros, es decir, la obra, su posible epifanía textual. Felizmente, no todos caen en la trampa de la sobredimensión del ego. Así como hay figurones con chispazos pendencieros que al final son enfrentados por sus aliados de ocasión, existen voces que vienen trabajando/escribiendo/leyendo en silencio, privilegiados espectadores del espectáculo virtual. No lo negaremos: también nos divertimos.

jueves, marzo 08, 2018


sarta de huevones


En marzo me esperan dos eventos: el concierto de Depeche Mode (cortesía de cumpleaños) y la boda de una querida amiga mía. Más allá de ello, solo espero seguir en mis cosas, no alterar su orden natural, que es lo que importa, en especial cuando vas cumpliendo los planes de lectura que te has impuesto para este año, como volver a los títulos de Guillermo Thorndike y el par que aún no leo.
Cada día estoy más convencido de que el oficialismo literario local tiene una enorme deuda con este escritor a quien se le están imputando todos los atentados contra la moral, y vaya que de superioridad moral está poblada nuestro pueblito literario. De esto conversaba hoy con una joven que conocí en la BNP, estudiante de periodismo que piensa escribir un reportaje sobre Thorndike. Ella me preguntó por los libros del autor que me han gustado más. En el instante, creo, acerté en mi lista al vuelo (El caso Banchero, La revolución imposible, Los topos, 1879, Vienen los chilenos), aunque fácil debo haber olvidado otro de referencia.
Seguimos un rato más en el Hall de la BNP, pero la conversa se vio interrumpida por una noticia que ella acababa de ver en su celular. Su agudo y seco “conchadesumadre” quebró el silencio del lugar. De haber visto primero esa noticia, también habría hecho lo mismo, aunque más condimentado.
La noticia no pudo ser otra que el video de apoyo de artistas y músicos locales a Edu Saettone, para quien piden prisión suspendida en vez de la efectiva que viene cumpliendo. Los no familiarizados con el tema, aquí.
Una vez en la Hemeroteca, y mientras esperaba a que me trajeran las revistas que había pedido, me informé de aquel video que ha desatado la indignación en las redes sociales. No hay que pensar mucho: estamos ante una muestra de la tara mayor que tiene este país de catre, fierro y botella. En esa porquería visual ejercen protagonismo el racismo y el clasismo que han dinamitado moral y emocionalmente a los peruanos durante generaciones. De la sarta de huevones que aparecen en ese video, me sorprende ver a Tavo Castillo, el talentoso músico de Frágil. 
Tanta insensibilidad y estúpido espíritu de cuerpo solo puede adquirir forma en un país quebrado como este.

miércoles, marzo 07, 2018

lingote de oro


Según amigas y patas, estoy fumando cada vez menos. Al respecto, conversé con Carlos días atrás, mientras caminábamos por toda la Benavides. Le pregunté cómo decidió dejar de fumar, cosa que no deja de sorprenderme.
Tiene razón, la adicción al tabaco es lo más difícil de superar. Sensación de vacío y angustia, así calificó lo que hasta hace seis meses era su dependencia.
Le comenté que había bajado la dosis, pero no llevado por el cuidado de la salud, menos motivado por una inusitada fuerza de voluntad. No es que haya perdido el gusto por fumar, solo que atravieso una etapa en que hacerlo no es prioridad, a lo mejor ello se relacione con el calor, como evitar la sensación de ahogo meloso y mareo inmediato, situaciones de las que en teoría paso de largo porque estoy siempre bajo sombra y ventilado, a la espera de la tarde noche para salir de casa. 
En ese trayecto a Caminos del Inca resultó inevitable no referirnos a lo que estábamos leyendo. Carlos es un pata que lee mucho y es también muy generoso al momento de compartir información. Últimamente está releyendo a los maestros de la narrativa policial, lo que me lleva a pensar si los meses de verano son más propicios para relectura, puesto que vengo escuchando varias impresiones parecidas entre conocidos y patas. Por mi lado, le conté que un lingote de oro me tiene hipnotizado: Cuentos completos de Ednodio Quintero, escritor venezolano y gran prosista en castellano. De Quintero podemos encontrar una novela que es todo un tributo a la locura y el sueño, El amor es más frío que la muerte. Búsquenla.

martes, marzo 06, 2018


lunes, marzo 05, 2018

criterio


Tras la algarabía de los premios Oscar, me puse a cruzar información con algunos amigos cinemeros, que siguieron la premiación de anoche como si la vida estuviera en su más exacerbado límite. Reconozco que fue divertido, conversaba con ellos mientras miraba los goles de la jornada, como el de Ruidíaz en México, a saber.
Solo he visto una película nominada, la de Jordan Peele, Get Out. La tienes que buscar. Sencilla, inteligente y con precisas dosis de nervio narrativo. Peele transita en el límite entre el horror emocional y la broma pesada. Otra que no fue considerada y que a la fecha es una obra maestra del cine del siglo XXI, Detroit de Kathryn Bigelow.
Como bien sabe el lector habitual del blog, he estado viajando en el tiempo. En esta especie de arqueología hallé una novela de espionaje publicada por entregas en La República en los ochentas. No la pude leer pero había apuntado sus señas para una lectura posterior, para cuando esté libre de inevitables prioridades, que creí superadas a fines de marzo pero que han vuelto a presentarse en los últimos días.
El sábado la comenté con un amigo chileno que viene escribiendo un estudio sobre tres novelas de John Le Carré. Trataba de recordar el nombre del autor y de momento podría decir que es Gérald de Villiers, cuyo personaje recurrente era el espía Malko Linge, el cual es también protagonista de la saga CÍA Perú de Alejandro Neyra. 
Se deduce que han sido meses de juntar y clasificar mucha información, tarea en la que me topaba con el periodismo cultural de antes. Por supuesto, este periodismo tenía sus errores, pero también su característica: sus periodistas leían más. Existía un criterio para informar y no se dependía como hoy de la nota foránea para llenar las páginas de las secciones culturales. Tampoco era servil.

jueves, marzo 01, 2018

derrumbe


Me levanté temprano y salí a comprar los diarios. Tampoco es que haya planeado hacerlo, simplemente abrí los ojos y no sentí cansancio. A lo mejor había una predisposición, el interés interior que configura el deseo, en este caso puntual, por saber cómo los medios de comunicación abordarían las declaraciones de Jorge Barata.
Teníamos nociones generales sobre lo que sucedería y en parte las expectativas se cumplieron, pero no tanto por el despliegue de los medios (aunque habría que calificar de extraordinaria la edición de La República), sino por la reacción inmediata de los implicados en esta danza de “coimas”, mediante la cual más de uno ha avizorado su futuro inmediato: el fin de la pretensión política. El descanso obligado para los que ya detentaron el poder y la aceptación de la frustración para la candidata que estuvo a punto, y en dos ocasiones, de convertir este país en una chacra.
Más allá de no compartir la preferencia ideológica, me es difícil ocultar mi desazón por la situación de la ex alcaldesa de Lima. No es una mala persona, pero lo suyo es aún más complicado en comparación a los otros implicados, puesto que el dinero de la campaña del NO lo recibió mientras estaba en un cargo público. 
Por otro lado, no tiene precio ver los rostros confusos de Keiko Fujimori y Alan García en sus descargos. No sé cómo terminará esta historia, pero si de algo estoy convencido es que este par de sinvergüenzas serán hologramas, manchas de tinta de lapicero barato en un boleto que se encuentra en los bolsillos. Aún hay muchísimo por descubrir, y en ese curso aparecerán nuevos protagonistas, del mismo modo los que intenten reciclarse ajustándose a los nuevos aires, inevitables presencias que, hay que aceptarlo, condimentan el ya derrumbado espectro político nacional.